La violencia tiene género

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En los últimos años el problema de la violencia contra la mujer ha sido más visible en Nuevo León gracias al esfuerzo de un sinnúmero de mujeres comprometidas con esta causa. Aunque comúnmente se piensa que esta problemática es relativamente menos frecuente que en el pasado, y a pesar de los logros alcanzados en materia de procuración de justicia y visibilización de este tipo de violencia; la realidad es que estamos lejos de erradicar el problema y, al menos en años recientes, la tendencia en el número de denuncias no muestra señales de una reducción en el corto plazo.

Gráfica 1. Contexto histórico (cantidad de víctimas a través del tiempo)

Aunque tanto las proporciones como las formas en que hombres y mujeres viven la violencia son esencialmente distintas, suele creerse que la violencia no tiene género y que todos sufren estos tipos de violencia por igual. Como esta, existen muchas otras creencias y mitos que rodean la realidad de la violencia de género.

En este texto presentamos 4 mitos comunes alrededor de la violencia de género. Solo con los datos es posible comenzar a desmitificar estas percepciones equivocadas y lograr generar una mayor conciencia sobre un reto social impostergable: acabar con la violencia de género en Nuevo León.

Mito 1:
“A los hombres también nos agreden las mujeres”

Uno de los argumentos escuchados con más frecuencia cuando se trata de negar la existencia de la violencia de género es que los hombres también sufren agresiones. Si bien esto es cierto, es importante tener en cuenta las proporciones.

Gráfica 2. Porcentaje de víctimas por sexo y delito

Otro punto que se menciona a la par es que las mujeres también agreden. Al observar los datos, nos damos cuenta que los agresores son principalmente hombres para todos los delitos analizados, para los feminicidios, delitos sexuales, homicidios y raptos, la cifra de hombres imputados es mayor al 90%.

Gráfica 3. Porcentaje de imputados por sexo y delito

Mito 2:
“Son problemas de familia, no te metas…"

El mito que envuelve a la violencia familiar es su subestimación. Es visto como un problema privado que no compete al estado por suceder en el núcleo familiar o en pareja y es reducido a meros conflictos familiares. Sin embargo, la violencia familiar es el delito más denunciado en Nuevo León, con el mayor número de víctimas en los últimos 5 años (99,761 víctimas).

Combatir la violencia contra la mujer, requiere no subestimar este delito y reconocerlo como parte del problema de la violencia de género, puesto que 8 de cada 10 víctimas son mujeres y niñas.

Gráfica 4. Violencia familiar por sexo

Las mujeres y niñas que sufren este delito viven agresiones físicas, verbales o psicológicas primordialmente dentro del hogar, un espacio donde las autoridades de seguridad pública tienen menor control. 

 

Por si esto resultara menor, la violencia familiar puede escalar hasta provocar la muerte de las víctimas. Los datos en Nuevo León nos muestran que 1 de cada 5 mujeres o niñas asesinadas y catalogadas como víctimas de feminicidio, había denunciado violencia familiar al 2021.

Gráfica 5. Feminicidios y denuncias previas de violencia familiar

Mito 3:
“A las mujeres las matan menos”

Efectivamente, las víctimas de homicidio doloso son esencialmente hombres (ver gráfica). Sin embargo, la importancia de hablar especialmente de los feminicidios y homicidios dolosos de mujeres no es demeritar los asesinatos de hombres, sino reconocer que son estructuralmente diferentes, con causas diferentes y por lo tanto requieren políticas públicas diferentes para ser combatidas. 

La primera diferencia se refiere a los lugares en los que son asesinados los hombres y las mujeres.  Los homicidios de hombres ocurren principalmente en la vía pública, mientras que las mujeres son asesinadas primordialmente en un domicilio particular.

Gráfica 6. Homicidios dolosos por lugar de asesinato

La segunda diferencia habla de los métodos utilizados al asesinar, para las mujeres y las niñas son más frecuentes métodos con mayor brutalidad.

En el caso de los feminicidios, el 69% son cometidos con arma blanca, fuego y objetos como bates o piedras.

Gráfica 7. Homicidios dolosos por tipo de arma

Gráfica 8. Feminicidios por tipo de arma

La tercera diferencia encara la relación con los agresores. Para los homicidios dolosos De los feminicidios que sí tienen un imputado, 58% eran pareja, esposo(a) o novio(a) de la mujer asesinada (2015 a 2021).

Gráfica 9. Feminicidios por parentesco de imputado

Debido a las diferencias desde el 2017 se tipificó el feminicidio. Para que un asesinato se configure como feminicidio, debe existir alguna de las siguientes: la víctima debe tener signos de violencia sexual, una relación afectiva con su agresor, signos de mutilación o actos infamantes o degradantes antes o después de la privación de su vida, que haya sido incomunicada previamente a ser asesinada, que su cuerpo haya sido exhibido o arrojado en algún lugar público o que tenga antecedentes de amenazas de su agresor o cualquier tipo de violencia prevista por la Ley. 

 

Por último, es importante mencionar que las causas de los asesinatos de hombres suelen estar relacionados con problemas de violencia pública (donde se encuentran la mayoría de las políticas públicas), mientras que los asesinatos de las mujeres y niñas desde hace años portan un historial de violencia en casa que se ha complejizado con la violencia pública y apenas se ha atendido.

Mito 4:
"Les pasa por salir solas y vestidas de forma provocativa"

La verdad es que para que las mujeres sean víctimas de delitos sexuales no es necesario siquiera que salgan de casa, pues la mayoría son ejecutados en viviendas particulares. Los casos de estupro y violación, son donde este porcentaje es más alto, con 88% y 76% respectivamente.

Gráfica 10.

Además, queda claro que la forma en la que se visten es algo secundario pues 55% de las víctimas de delitos sexuales tienen 17 años o menos (son menores de edad).

Gráfica 11.